Paula Antelo Pérez
CULTO
A LOS DIOSES ROMANOS
MARBLE
- HEAD DE LA ESTATUA DE LA DIOSA CERES.
MITO
Ceres,
en la mitología romana, era la diosa de la agricultura, las cosechas
y la fecundidad. De ella proviene el nombre de cereales.
Según
el mito, Ceres era hija de Saturno y Ops, hermana de Júpiter, Juno,
Vesta, Neptuno y Plutón.
Enseñó
a los hombres el arte de cultivar la tierra, sembrar, recoger el
trigo y elaborar el pan.
Era
patrona de Enna (Sicilia). Según la leyenda, Ceres rogó a Júpiter
que Sicilia fuese ubicada en los cielos. El resultado, debido a que
la isla tiene forma triangular, fue las constelación Triangulum,
uno de cuyos nombres antiguos fue “Sicilia”.
Disponía
de otros 12 dioses menores que la ayudaban y estaban a cargo de los
aspectos específicos de la agricultura.
CULTO
Los
romanos erigieron un templo en su honor en el monte Aventino, en
Roma. Su principal festividad era la cerealia,
o ludis
ceriales,
celebrados cada 12 y 19 de abril. Su culto se llevaba a cabo
mayoritariamente por las clases plebeyas.
Se
desconocen los rituales de este culto, pero se sabe que usaban al
cerdo, a la cerda y a la jabalina como animales de sacrificio. Ceres
también admitía al carnero.
Únicamente
estaba consagrada con la amapola, no sólo porque crece entre el
trigo, sino también porque Júpiter se la hizo comer para provacarle
el sueño y aliviarle el dolor en una ocasión.
Se
la suele representar con aspecto de mujer hermosa, gran altura, con
mirada lánguida y cabello rubio. Suele llevar una corono de trigo.
LAR,
EL DIOS ANCESTRAL PROTECTOR DE LA CASA ROMANA.
Lar
era el dios protector de la casa, encargado de su tutela. Guardaba el
fuego del hogar.
Se
representaba en forma de pequeñas estatuas. Estas se colocaban tanto
dentro como fuera de la casa en pequeños altares llamados lararuim,
donde se realizaban ofrendas o se les rendía oración.
EL
lararuim
solía situarse en el atrium,
lo más cerca posible de la puerta principal (en las
villae).
En
las insulae,
el lararium
se situaba cerca de la cocina, o incluso en los propios dormitorios.
Era
importante no situarlos en lugares escondidos o poco transitados, con
el fin de que no fuesen ignorados u olvidados.